Por Alba Cuadra Garrido.
Es curioso como gira el mundo y mas divertido todavía ver cómo nosotros intentamos seguir el ritmo de su danza, ya sea a trompicones o con la melodía metida en el cuerpo. Pero una cosa es cierta, la vida cada día te enseña algo nuevo y ahí tienes que estar tú para escucharlo, verlo, saborearlo…sentirlo
Esta vez la lección me llegó en forma de israelita en Sidi kaouki, playa marroquí en la que la energía del mar y de su árida tierra se respiran según pones el primer pie en la arena. Será por ello que atrae tantas y tan diferentes historias que tienen cabida en esta playa comprida, que no comprimida -siempre me ha gustado esta palabra portuguesa que me lleva a pensar que en algo tan largo y longevo está comprimida toda la esencia. En Sidi navegan y se mezclan diferentes y dispares historias. Por aquí aparecen los surferos cuando hay mar, montan cometas de kite y velas de windsurf cuando sopla el viento, los hippies llegan a dedo o a pie a vivir una temporada en las cuevas de Cap sim como los «Rainbow»- un colectivo hippie, multicultural que viaja alrededor del mundo organizando fiestas interesados en la mezla de musicas- y se refugian por estas paradisiacas playas a la espera de la fiesta que organizan en la cercana ciudad de Essaouira.
Divago y me pierdo y salen volando las palabras que escribo por estas arenas marrones, incluso rojizas a veces, que con el contraste del azul del mar resaltan todavía más el color de Marruecos. Porque Marruecos es marrón, marrón de montañas, de playas, marrón de polvo y sequía, por esa ausencia de agua que te cuentan los valientes árboles y matojos que resisten en el marrón de Marruecos. Si me asomo al mar y miro detrás de las espumas de las olas tambien me hablan del marrón chocolate que levantan antes de romper y marrones bajan los escasos riachuelos y aguas estancadas que veo en los rios que algún día fueron.
Divagando me enteré de una de las festividades más importantes para los musulmanes, el sacrificio del cordero, y preguntando con vagas respuestas supe que conmemoran el día que Dios le pidió a Abraham que sacrificara a su único hijo, prueba que fue a cumplir como buen siervo de Dios que era con todo el dolor de su corazón, cuando ya en la montaña Dios le dio un cordero para el sacrificio agradeciéndole su lealtad.
Y pensé ¿no es ahí donde empezó todo? esa historia es el comienzo de todas las historias, del primer patriarca salieron las tres tribus que hoy en día han acabado por ser las tres religiones monoteístas más importantes del mundo. Por esas que muchos en nombre de Dios buscan la escusa para declarar la guerra, sufrir conflictos interminables y explotar bombas…¿en nombre de Dios?
Y dándole vueltas a esto apareció el primer israelita que he conocido en mi vida. ¡Siempre he querido conocer a alguien de allí!
No soy muy dada a hablar de política pero siempre que veo algo del conflicto palestino-israelí me asaltan mil preguntas sobre lo que me cuentan los medios sobre esta realidad.
Continuará…
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