No sé si es por mi afán de ir en contra de la masa, de «dar la lata» o de defender lo que al resto le parece indefendible (sí, lo reconozco, a veces me divierto así), pero hay un aspecto del periodismo con el que me lo paso pipa. No hablo ya de escribir artículos escandalizadores al estilo de Pérez Reverte o soltar discursos populistas y espinosos como Losantos. Se trata, simplemente, de leer varios periódicos cada mañana, para así darme cuenta de las grandes diferencias que existen entre ellos y ser capaz de sacar mis conclusiones. En estos vericuetos me hallaba yo hace un momento cuando no he podido evitar la tentación de compartir con vosotros las dos siguientes noticias. Veamos.
En primer lugar, El País titula: «Hugo Chávez rechaza el debate con Vargas Llosa en ‘Aló Presidente'». La misma noticia, se presenta en Público diciendo que «Vargas Llosa pone a María San Gil «como ejemplo» en la lucha por la libertad«. Hasta aquí, todo incorrecto. Después de leer las noticias, cada cuál sacará sus propias conclusiones y decidirá si entra dentro de la normalidad el modo de actuar del presidente de Venezuela o, en caso contrario, roza eso que llaman actitud dictatorial. Si en nuestra lectura periodística nos quedásemos aquí, seguramente optaríamos por la última opción. Pero al seguir leyendo medios (alternativos, por cierto), hay algo que no empieza a cuajar. Resulta que, según deci.me, son los medios privados quienes censuran a Chávez. Por lo visto, éste ofreció un debate con los intelectuales de izquierda (en El País se hacen eco de este aspecto, pero sólo en el interior de la noticia y escrito de tal forma que parece una propuesta negativa). Claro que esta opción queda mucho menos criticable que las presentadas por nuestros periódicos nacionales.
Aún así, no acabó aquí la cosa. En temas de relevancia, la noticia anterior se encuentra entre las diez más leídas de Público y la sexta o séptima en la portada de El País. Algunos minutos después, leyendo titulares de Rebelión, me entero de que «la editorial Einaudi no publicará a Saramago por criticar a Berlusconi». Me gustaría saber qué primeras páginas a todo color harían si hubiera que sustituir a Berlusconi por Castro, Morales o Chávez.
En fin, cosas patéticas del periodismo.