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Aro raído: consideraciones sobre los últimos movimientos del Cajasol

Se acerca una nueva temporada de la liga ACB y aún recuerda uno con cierta decepción el reciente no-descenso y ese sabor de boca tan extraño que tuvo su cima con el combate Carner Medley-Diouf y del que tenemos que agradecer la vaguedad por parte del club a la hora de aclarar los hechos, a parte de la salida del pívot americano. Tal vez por esto, el club ya ha empezado a moverse, si bien es cierto que mucho menos que el resto de los equipos ACB. Aún así, además de cambiar el color de la camiseta (acabó el luto, que dirán algunos), se han realizado algunos cambios que quisiera comentar.

Empecemos por las bajas. A la salida de Carner Medley se le unen, ya seguras, las de Rivero, Ignerski y el entrenador Pedro Martínez. El cambio de entrenador, por la malísima temporada, se pedía a gritos. En cuanto a Rivero, su rendimiento y nivel técnico no estaban al nivel de la ACB, y lo de Ignerski se explica con que cada campaña va a peor. Se dan por supuertas las bajas de Iñaki de Miguel y Clay Tucker, que son totalmente comprensibles teniendo en cuenta que definitivamente seguirá Xavi Rey, cedido por el Barcelona, y las ganas de éxito del segundo jugador. Continuar leyendo


Aro raído: Olvidaron defender

Cajasol – Fuenlabrada

La sensación que dejó el equipo al salir de San Pablo el sábado pasado fue bastante extraña. Bastante. Por supuesto, nos enfrentábamos a un equipo que se jugaba los playoffs y que, por tanto, iba a presentar pelea y tenía plantilla. Pero veníamos de cargarnos al Kalise (cuánta épica, oh, Kalise) y al CAI, y parecía que todo había cambiado. Contra el Fuenlabrada se volvió a los errores de principios de temporada. Una defensa muy dudosa. Un circulamiento del balón insuficiente, bastante corto. Un arbitraje un pelín extraño.

No obstante, creo que hay que tratar algunos puntos por separado:

-Miso no es base. Ni vale para serlo. Entiendo que para no quemar a Branko haya que utilizarlo, visto que puede subir el balón (aunque, como ya me ha hecho notar un compañero, Ellis sabe botar la pelota mil veces mejor que él). Ahora bien, ¿a quién se le ocurre colocarlo en el quinteto titular? Branko es un tipo con cabeza, que sabe dirigir al equipo, o casi. Contra el Kalise, supo matar el partido quedándose la posesión. Y Miso sigue siendo un alero que sube el balón como alero y, por tanto, la mayoría de las veces sus compañeros corren por detrás de él. Y aún así, ¿es que nadie va a quitarle la maldita manía de pasar los balones en el aire? Es una de esas cosas que se enseña a los chavales que no se debe hacer jamás. Pasar balones en el aire. Y contra el Fuenlabrada parecía que lo hacía a propósito.

-¿Por qué juega Rivero? Si no es por desesperación del entrenador y como último recurso para intentar cambiar las cosas, como revulsivo, no lo entiendo. Parecía que Continuar leyendo


Aro raído: San Pablo impone la épica al Kalise

Confieso que no pude verlo entero. Pero así fue mi entrada: abro las puertas azules y me da un aire extraño en la cara, y pierdo para siempre los oídos ante el tremendo aullido de San Pablo, una lluvia de palmas y un zumbido y terremoto acústico que sonaba a «sí se puede». El marcador: aún quedan ocho minutos del tercer cuarto. El resultado va algo así como 50 a 52 o 52 a 50. Ataca el Caja san Fernando. Balón que lleva Branko, de Branko para Tucker, de Tucker para Rey, Rey la devuelve. San Pablo salta, se agita. Tremendo. Continuar leyendo


74 – 101: La gran mentira del Cajasol

Qué paliza. Y la verdad, se veía venir. Una sola victoria en lo que va de temporada (hombre, no creo que cuente el partido de presentación, contra un equipo que había descubierto la semana antes esto del baloncesto) y contra el Madrid, vale. Pero es que si mañana jugamos contra el Dos Hermanas, podemos ir pidiendo un empate pactado.¿Qué está pasando? ¿Cómo se puede explicar esta racha, esta verdadera mala racha? Pues con una mala gestión. Continuar leyendo


Sevilla tiene una pasión especial

Son miles los adoquines por los que transitan los pasos de la Semana Santa Sevillana. Por ellos costaleros, a veces con sandalias casi pegadas al suelo, otras descalzos, recorren paso a paso, adoquín a adoquín ante la atenta mirada de mayores y niños. El incienso inunda las calles de la capital hispalense. Desde la Campana a la Catedral, por la Encarnación y en El Salvador, desde Triana a la Macarena. Los nazarenos, con blancos cirios en mano, van regando con cera esos adoquines. Bajo esas piedras, duerme aletargado un metro, que lleva años proyectado y que en parte ya está ejecutado. Duerme una pasión por el progreso en una ciudad en la que La Pasión la hace especial.

Es esa Pasión la que echa a los sevillanos a las calles para ver la Semana Santa. Con tremenda expectación ven pasar uno a uno los pasos de las distintas cofradías y hermandades hasta altas horas de la madrugada. Según va avanzando la noche, la expectación se atenúa con el silencio, y es cuando en verdad puedes escuchar el sentimiento con el que tocan esas bandas de música que acompañan a los pasos semanasanteros. Es entonces, cuando hasta el más ateo y el menos creyente, siente esa pasión que hace a Sevilla especial.

A Sevilla la hace especial la Giralda. Ese monumento esbelto que desde siempre ha sido el único que ha podido cortar el cielo sevillano. Solo desde San Juan de Aznalfarache, situado en el Aljarafe o al-Saraf, es decir, el lugar donde se dominan las visitas, siempre se ha podido observar esa joya arquitectónica de Sevilla, desde un suelo que está más alto que el cielo que corta la misma Giralda.

sevilla_desde_sanjuan.jpgDesde siempre fue así, pero ya no lo seguirá siendo. La pasión, la tradición y las costumbres, como siempre, llegan a su fin compradas por el poderoso caballero don dinero. Es CajaSol quien proyecta una sombra sobre la Giralda. El primer rascacielos de Sevilla que será más alto que la Giralda y romperá esa ley tradicional de que nada puede cortar el cielo más allá de donde lo corta el imponente monumento giraldiense.

Sevilla, tiene una pasión especial, por el costumbrismo, por bajar al río a bañarse aunque esté prohibido, por marginar al marginado y eregir rey de reyes al acomodado. El progreso contra la costumbre. Es algo que Sevilla respira mientras se rige por los dictados de la pasión.

Las leyes tradicionales, que hacen que sentarse en una silla en La Campana para ver las procesiones de Semana Santa, solo sea posible si heredaste el sitio, o el espabilao que la tiene heredada, te la alquila.

El progreso que no llega, por el metro que se atora y choca contra ilustres ruinas de una ciudad que fue. La mezquita que nadie quiere y que proyectan también en las afueras, en esa Isla no tan mágica, la de La Cartuja, donde se construye el progreso que el costumbrismo sevillano no deja instalar en la ciudad, aunque luego, el dinero, otra vez, plante setas en una plaza del centro. La ReEncarnación de unas Setas que empezaron, como el Metro, pero nadie sabe cuando acabaran. Dijeron que en Otoño de 2007.

Pero queda la gente. Sevillanos y Sevillanas sencillos que hemos podido conocer los miembros del equipo de Sin Futuro y Sin Un Duro de Madrid, aparte de podernos conocernos más entre nosotros mismos conviviendo. Sevillanos implicados con la poesía, enmarañados en su asociación La Maraña y que se reúnen y escenifican con pasión letras de progreso, mientras un artista pinta un cuadro en el que “El mundo sin poesía se le queda pequeño”. Todo ello ajeno a la botellona de La Alameda de Hércules donde se viven otras pasiones jóvenes, y donde los álamos ya no son lo que eran, pues han usado una vez más el hachazo para cortar la vida del árbol de la ciencia. Sevillanos que te enseñan la ciudad desde otro punto de vista, como Jesu, pero que viven y sufren aquel progreso que no sale a la luz, y se lamentan porque el futuro de un proyecto digital como DeGuadaira siga en el aire tras casi un año de andanzas. Sevillanos que te acogen en su casa de forma hospitalaria, como Iván. Que te van a despedir a la estación como FeRnAn. Sevillanas…

Sevillanos que esperan un futuro de progreso sin perder la pasión que se respira en cada aliento y cada palabra que pronuncian con gracia. Sevilla tiene una pasión especial. Ahora solo le falta que el progreso sea una realidad.