Este titular que me he permitido adaptar es una de las guías que Pascual Serrano nos regala en una entrevista concedida a El Punt y que también aparece recogida en rebelion.org. La entrevista es un pequeño manual de cómo la ciudadanía tiene que informarse ante unos medios que ofrecen reelaboraciones de la realidad acordes a sus propios intereses.
Aquí dejo algunas de sus declaraciones, la entrevista completa la podéis leer pinchando aquí:
¿Por qué no hay pluralidad informativa?
Si hacen una prueba y pasan veinticuatro horas repasando la oferta de los medios, verán que las imágenes se repiten, son las mismas en Europa, en Asia, en América Latina o en los Estados Unidos. No podemos pasar por alto que los grandes medios de comunicación funcionan en el marco de una economía de mercado, con todas las servidumbres que eso comporta, y todos tienen una manera de funcionar parecida a la hora de presentar la información internacional.
¿Se refiere a lo que se llama derecho a la información?
Se habla mucho del derecho a la información, pero a menudo olvidamos que estar bien informado también es un deber. Se tiene que dar un primer paso y entender que demasiadas veces lo que nos presentan los medios no es la realidad, sino una elaboración de la realidad. Yo creo que hay que potenciar un espíritu crítico que ayude a buscar una información alternativa a las vías formalmente establecidas. Si no, estamos condenados a la desinformación e incapacidades para entender el mundo que nos toca vivir, o sea, estamos incapacitados para actuar con libertad.
¿Y qué hay que hacer?
Para enfrentarnos a este poder gigantesco que intenta interpretar el mundo diciéndonos quiénes son los buenos y quiénes son los malos, o marcar las pautas de lo que tenemos que hacer, yo creo que un primer paso sería promover la desconexión entre el mensaje informativo dominante y el pensamiento ciudadano. […] Sólo avanzaremos si los ciudadanos desarrollan un pensamiento independiente y son conscientes de que la complejidad de lo que pasa en el mundo no se podrá simplificar nunca con mensajes periodísticos sometidos a determinados intereses.