Se enciende el semáforo de la F1

Como todas las pretemporadas, ésta se ha hecho larga y los rumores y cambios han estado a la orden del día. Pero todo eso termina este fin de semana en Australia, en el circuito Albert Park de Melbourne. El domingo podremos ver si las distintas escuderías han hecho los deberes durante el invierno y si los monoplazas son capaces de rendir al máximo con las nuevas tecnologías que se han implantado.

Una de ellas es el ya famoso KERS. No es ni más ni menos que un aparatito de unos 70 kilos cuya función primordial es transformar la energía que se produce en las frenadas en unos cuantos caballos adicionales para que el piloto los pueda usar a su antojo durante la carrera. Ferrari, Renault y McLaren lo han probado y serán los únicos equipos que lo lleven. Por cierto, será importante ver a Hamilton y Kovalainen porque el MP4/24 no ha estado rodando nada rápido en los últimos tests de Montmeló y Jerez.

Sin embargo en estos últimos días ha aparecido en escena una nueva polémica debido al tema de los difusores, de si son ilegales o no. Las escuderías que lo han montado (Williams, Brawn y Toyota) han volado en la pretemporada y todo hace indicar que en el GP de Australia no cambiará el rumbo. Atención a los Brawn, que pueden dar más problemas de los que en un principio se presumía, y es que Button y Barrichello van a pelear por muchos podios y carreras esta temporada.

Espero que por el bien de todos el mundial sea más abierto que nunca y que no haya ningún dominador abrumador. Las nuevas medidas son propicias para reducir las diferencias entre las escuderías más poderosas y las más limitadas, así que la emoción está asegurada.

Además, el primero que cruce la bandera a cuadros en Australia sumará los puntos tal cual se sumaban el año pasado. La presión de los equipo hizo ver a la FIA que el nuevo sistema que quería implantar era una auténtica estupidez y que podría acabar con el interés y el espectáculo a mitad del campeonato. Habrá que esperar hasta 2010 para que el ganador del mundial de F1 sea el que más victorias consiga, independientemente de los puntos. De admitirse este nuevo sistema, los equipos (que están todos de acuerdo) deberían plantarse ante la máxima autoridad del automovilismo y no tomar la salida. Los pilotos y escuderías tienen el poder, porque sin ellos no hay Fórmula Uno.